Empieza mi nueva aventura
Reflexión antes de empezar mi voluntariado de un año en Budapest
Prácticamente acabo de finalizar mis estudios. Han sido cinco duros años entre grado, másteres y prácticas, pero doy por bueno tantos esfuerzos al comprobar que, personalmente, me considero capacitada para afrontar con amplias expectativas el largo y duro camino profesional que está por venir. Antes de llegar ahí, he querido vivir una nueva experiencia, en este caso, con el atractivo añadido de poder disfrutar, vivir y aprender de una inmersión cultural. Gracias al Cuerpo Europeo de Solidaridad, he podido ver todas las oportunidades de voluntariado internacional que tenemos y la facilidad de acceder a los programas. Por ello, en cuanto encontré la página web, me puse a buscar voluntariados con temáticas que me interesaran, hasta que llegué al adecuado: voluntariado en una escuela infantil en Budapest.
Esta experiencia me permitirá conocer a voluntarios de otros países, así como a los propios ciudadanos locales, algo para nada baladí, y menos aún para una joven que comienza su andadura profesional. Esto podrá ayudarme a fortalecer mi red de contactos internacionales, que me parece esencial en este mundo tan competitivo y globalizado en el que nos desenvolvemos. Sin embargo, puede que lo más importante, más allá de todos y cada uno de los aspectos positivos a nivel de experiencias que puedan ayudarnos en nuestro futuro profesional, es que el voluntariado significa ayudar, ayudar allí y en aquello que más se necesita; significa ofrecer todo lo que tenemos humana e intelectualmente en pos de contribuir a metas significativas a largo plazo. La vida adquiere un valor en alza cuando aportamos nuestra mente, corazón y alma en pos de un bien común. Quiero pensar que toda ayuda ofrecida por cualquier voluntario del mundo se convertirá en una pequeña pero básica piedra que contribuirá a la construcción de una sólida base donde sustentar la edificación de un mundo mejor.
Desde aquí quiero agradecer a las instituciones y personas que me van a permitir realizar este ilusionante proyecto de voluntariado la oportunidad que me han brindado: a la organización de envío, Globers Spain, por acompañarme desde el antes del comienzo del voluntariado, y a la organización de acogida, MeOut, por confiar en mí y hacerme parte del grupo. Por ello, para agradecerlo, trataré de contribuir positivamente en la comunidad local y pretenderé dejar constancia de mi paso por Hungría intentado que este genere el mayor impacto positivo posible en todos aquellos que formen parte, de una forma u otra, de esta apasionante aventura que me dispongo a disfrutar.